Como el viajero que retorna de Ítaca, los brigadistas regresamos a nuestros lugares llenos de aventuras, llenos de conocimientos. Pero, al revés que al viajero de Kavafis, Ítaca nos ha enriquecido, y al igual que a aquél, nos ha concedido un hermoso viaje, rico de cuánto hemos ganado en el camino. Regresamos de Ítaca para volver. Bolivia nos ha abierto el corazón, nos ha enseñado que la utopía, como señala Eduardo Galeano, sirve para caminar. En Bolivia, hemos caminado, caminamos junto a los bolivianos hacia ese horizonte que ahora se ve tangible y real. Horizonte que las gentes afables y acogedoras de este gran país hermano está alcanzando con su lucha constante y el afán de reproducir los sueños de un mundo posible, hermoso, humano, solidario.
Las brigadistas no vamos a olvidar ya nunca esta maravillosa aventura, este bagaje de conocimiento que los bolivianos nos han transmitido: el conocimiento de la ternura de un pueblo afanado en su emancipación y en su soberanía plena.
Regresamos para volver. En julio, en agosto, acaso también en septiembre, acaso también en junio, aquí estaremos de nuevo, continuando la labor que iniciaron nuestros amigos bolivianos en sus archivos y en sus bibliotecas, construyendo con ellos, con nuestra pequeña aportación solidaria de afecto y de cariño, ese otro mundo real maravilloso que anhelamos y que soñamos. En Bolivia, ese mundo se está haciendo posible.
Desde Bolivia, un abrazo solidario
Javier Gimeno
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