Pinto, pero no sé pintar.
Corro, aunque no soy atleta.
Lucho, para que no me derroten.
Golpeo, aunque me duela.
Escribo, sin ser escritor.
Tengo hijos, quizá sin estar preparado.
Hablo, cuando debería mantenerme callado.
Grito en silencio.
Pienso en voz alta.
Hago Haikus, sin ser poeta.
Subo, cuando creo bajar.
Bajo, cuando me parece estar en lo más alto.
Río, cuando necesito llorar.
Lloro, cuando la alegría me abandona.
Vuelvo, cuando debí quedarme.
Vivo, sin saber vivir.
Me duele hacer daño.
Amo, sobre todo, amo.
En suma, aprendiz de todo, maestro de nada.
2 comentarios:
Bueno Eusebio, acabas de definir la sensación real de muchas personas. Esas que cuando son niños quieren ser mayores para tener seguridad...y cuando creces, sigues siendo aquel niño inseguro que ha de tomar decisiones.
Todo un reto esta vida...para no aburrirse.
Buenísimo!
Muxu!
Muchas gracias, querida Leire. Creo que lo has definido muy bien; has entendido perfectamente lo que quería transmitir.
Eskerrik asko!!
Un abrazo fuerte y más besos para ti.
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