Aún estoy en forma, acabo de evitar que me atracaran en la farmacia de mi barrio.
Ni siquiera he tenido que echar mano de mis conocimientos de artes marciales, me bastó con un papel y un bolígrafo.
No era mucha cantidad, solo un Euro, pero no permito que me roben, aunque sea una cantidad pequeña.
Tengo que decir que conté con la colaboración de la farmacéutica en todo momento. Además, tenemos la ventaja de que, tanto ella como yo, conocemos al atracador y sabemos que lo ha intentado en numerosas ocasiones en otras farmacias, por lo que esperamos que pronto sea puesto a disposición judicial y nunca más lo vuelva a hacer.