Esto lo escribí en 1984, con motivo de la inauguración del Burguer Albatros de Vicálvaro. Pensaba ponerlo en el mural que pinté junto a la barra del bar, pero finalmente decidimos no hacerlo. Se quedó guardado, aunque no olvidado, en el trastero de mi casa. Sobrevivió a una inundación; no lo publiqué en ningún sitio porque antes no había tantas facilidades técnicas como ahora.
He oído que algunos escritores piensan que es conveniente guardar los escritos en un cajón algunos días, dejarlos que maduren, ver si es necesario modificarlos y después publicarlos. Yo creo que me he pasado de frenada, se ha tirado 32 años oculto, esperando su oportunidad. Hoy ve la luz, espero que os guste.
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