viernes, 28 de septiembre de 2012

Querido policía



David Torres

Querido policía, déjame felicitarte por lo de ayer. Te portaste como un hombre, te ganaste a base de porrazos la paga extra que te habían quitado y cumpliste a la perfección el encargo de apalear al pueblo. Es cierto que para otras cosas, la verdad, no vales, por ejemplo, eres incapaz de distinguir un hueso de pollo de un hueso de niño, con lo cual una simple investigación por asesinato acaba transformándose en un circo mediático y un pobre paleto te chulea durante meses, pero es que tú no estás para eso, querido policía, a ti no te pagan para pensar ni para sumar dos y dos siquiera. Lo tuyo es intimidar, montar follón, colarte dentro de una pacífica multitud y caldear los ánimos, manejar la porra y pegar hostias. Y lo cierto es que para eso no tienes precio, aunque el despliegue militar de ayer (con casi 1.500 efectivos, carretadas de lecheras, helicópteros, caballos, vallas, pelotas de goma) le haya salido por un pico al contribuyente. Con lo que te pagaron ayer a ti y a tus colegas por acojonar y romper huesos, se podía haber construido un colegio.

Da la casualidad de que ayer pasé frente al Congreso, no por Neptuno, sino por la Carrera de San Jerónimo, y vi la tremenda multitud a la que tenías que hacer frente: muchos jubilados, algunos con bastón, una señora armada de un silbato, otra con una camiseta contra los recortes, un montón de jóvenes de ambos sexos, unos cuantos fotógrafos, e incluso una pareja de ciegos que paseaba de arriba abajo tentando el aire. Aunque para ciego tú, querido policía, ciego y sordo, blindado de arriba abajo, envuelto en tu escudo y tu casco pretoriano para demostrar una vez más que no estás ahí para defender al pueblo sino para todo lo contrario. Al verte, tan chulo, tan orgulloso de tu fuerza, recordé a aquel anti-disturbios que me tropecé ventitantos años atrás, en una manifestación universitaria, un tipo grande como una montaña al que oí gruñir mientras acariciaba la porra: “Qué ganas tengo de repartir hostias”.

Querido policía, sigues siendo la misma bestia sin ojos y sin alma de toda la vida, la misma máquina de golpear de hace veinte años y de hace cincuenta años. Te conocemos ya porque te hemos visto antes, te hemos visto muchas veces, vestido con ese o con otro uniforme, el perro de presa del dinero, el esbirro imprescindible de todo poder y toda época: el mismo cosaco a caballo que golpeó al pueblo hambriento hasta la muerte en la Plaza Roja, el policía gordo que apaleaba negros en Mississipi, el tanquista ruso que entró a sangre y fuego en las calles de Praga.

Querido policía, debes de sentirte muy hombre sabiendo que enfrente sólo tienes manos desnudas y palabras, debes de sentirte justificado en tu violencia cuando hasta tú te tragas tus propias mentiras y acabas por creer que estabas haciendo frente a tácticas de guerrilla urbana cuando allí sólo había gente que no venía ni a tomar el Congreso ni a secuestrar diputados sino a expresar su rabia, a gritar que ya están hartos de tanta mentira y tanto expolio. El Congreso ya está tomado por una banda de cuatreros que ha incumplido todas sus promesas, unos sicarios del poder financiero al que sirven con la misma devoción que vosotros a ellos. Ya sé que lo tuyo no es pensar, pero piensa por un momento que si la muchedumbre de ayer hubiera ido con ganas de bronca, probablemente no habrías salido tan bien parado. A veces me pregunto cómo será eso de llegar a casa con el deber cumplido cuando tu deber consiste en agarrar del cuello a una mujer, en abrirle la cabeza a un señor indefenso, en reventar a palos a un joven tirado en el suelo. Ya sé que te pagan a tanto por hostia y a doble por cabeza abierta, pero te advierto que la gente se está empezando a hartar de que la traten como a ganado, de que la ordeñen cada cuatro años y la aporreen siempre que les apetezca.

Que duermas bien, machote.

jueves, 27 de septiembre de 2012

25S Madrid 2012


Bisindicalismo


¿Por qué los medios de comunicación, cuando se refieren solo a CCOO y UGT, hablan de “Los sindicatos”?
Los sindicatos no son solo “Los sindicatos”

En España hay muchos más sindicatos que CCOOUGT (y lo pongo junto porque sus máximos dirigentes siempre van juntos, a las manifestaciones, a los medios de comunicación, a cualquier acto público), es profundamente injusto para las otras formaciones sindicales que se las ignore de esta manera. Es lo mismo que si hablaran de “Los partidos” cuando solo quisieran referirse al PP y al PSOE.

Ya hemos comprobado que el bipartidismo no trae nada bueno, se van alternando en el poder, dentro del régimen, del sistema, sin que haya demasiadas diferencias entre el gobierno de unos o de los otros. Los únicos beneficiados son estos dos partidos.

Con los sindicatos pasa algo parecido. A los dirigentes de CCOOUGT se les ve muy seguros y satisfechos en su papel de máximos representantes de la clase obrera. Representan al “sindicalismo de clase”, como dicen ellos. Olvidan, o no quieren reconocer,  que también hay otros sindicatos de clase. Cualquiera diría que estarían dispuestos a cualquier cosa por no ceder algo de protagonismo a los otros sindicatos…

Creo que el poder les utiliza para acallar a esas otras formaciones sindicales,  y ellos parecen muy cómodos y seguros en ese papel. Tanto pacto social ha domesticado exageradamente a la clase obrera, aunque de vez en cuando aparecen honrosas reacciones y estrategias desde dentro, como las de los mineros, que nos han dado a todos una lección de lucha y de dignidad obrera.

Acabar con el bisindicalismo, apoyando a otros sindicatos, podría ser una solución a tantas agresiones a los trabajadores, a la impunidad con la que actúan los grandes empresarios y el gobierno del bipartidismo contra la clase obrera. La unidad de acción de todos los trabajadores, me parece que se hace más necesaria que nunca, aunque no les guste demasiado a “Los sindicatos”.

jueves, 13 de septiembre de 2012

¡¡¡Feliz cumpleaño, Iván!!!



¡Cómo pasa el tiempo! Parece que fue ayer cuando llegaste... y ha pasado ¡un año!
Todos estamos como locos contigo, nos has conquistado con tu sonrisa y tu simpatía.

Un beso muy grande para ti y para tus papás y un achuchón que te pienso dar ahora mismo.

Iván me pide que os agradezca todas las muestras de cariño que está recibiendo, queridas amigas y amigos. Su tío David ha expresado muy bien lo que sentimos toda la familia. Tiene razón, yo tampoco imaginé nunca que iba a querer tanto a este pequeñajo.

Con padres como los que tiene, era inevitable que Iván fuera tan encantador, tan guapo, tan simpático... y paro porque estoy llenando el teclado de babas. Creo que soy un abuelo poco original, jejeje.

Un montón de besos para los tres.